En estas notas se va a intentar dar cuenta de los alcances, el significado y las formas de realización de un diagnóstico social y comunicacional, desde el marco de la comunicación comunitaria, y teniendo como horizonte la puesta en marcha de un trabajo de campo, de una intervención en una organización social.
En el taller de comunicación comunitaria vamos a intervenir en organizaciones que desconocemos, o que podríamos conocer más o distinto. Por eso, a la hora de pensar un trabajo de campo –una intervención- en una organización el primer paso es conocerla y que la organización nos conozca.
El trabajo de campo arranca cuando generamos un proceso de conocimiento que es el diagnóstico. Al llegar a una organización o una comunidad partimos de la idea que los sujetos, los grupos, y las comunidades construyen sus realidades mediatizadas por las creencias y los imaginarios instituidos por la cultura, el lenguaje, las observaciones, la subjetividad y la propia acción sobre lo real.
En las primeras visitas iremos armando una idea de cómo es la organización, qué sucede allí, cómo es el clima de trabajo. Iremos conformando una imagen, en base a las conversaciones que tengamos con los diversos actores, en base a la lectura de documentos y publicaciones. Esta imagen nos permitirá orientarnos y conocer las percepciones y los imaginarios que circulan en ese grupo.
En este proceso irán surgiendo a su vez los acuerdos sobre el punto o los puntos a trabajar en conjunto con los miembros de la organización. Estamos planteando un proceso de acción-reflexión-acción, que vincule y sintetice la teoría con la práctica.
Describimos la organización y luego interpretamos estas descripciones intentando que este momento sea participativo, es decir involucre a aquellos con quienes trabajamos en el proyecto de campo. Esta descripción ocurre desde nuestros marcos teóricos, nuestras experiencias, nuestra ideas previas.
Por otra parte, es importante tener en cuenta que no es posible conocer la totalidad de la realidad de una organización, conocemos desde nuestra disciplina, a partir de ella observamos ciertas cuestiones, destacamos algunas cosas y dejamos afuera otras. No podemos abarcar toda la vida social de una comunidad. Seleccionamos lo que nos parece significativo para nuestra intervención.
Diagnóstico social
En un texto llamado “Diagnóstico Social”, Ander Egg se preocupa por precisar el significado y alcance del diagnóstico social. Este autor define al diagnóstico como un “conocimiento por medio de”. Un “conocer a través de” enfocado en la siguiente fase de acción, y destacando la impronta que este término médico ha traspasado a otros campos del saber.
La palabra diagnóstico es utilizada en diferentes circunstancias para hacer referencia a la caracterización de una situación, mediante el análisis de algunos síntomas. Diagnóstico relacionado a las prácticas médicas. El médico hace un diagnóstico de las dolencias o enfermedades del paciente. A través de preguntas, estudios y análisis realiza este ejercicio de evaluación de datos y evaluación para clarificar el estado del paciente.
En este traspaso de la impronta médica del concepto diagnóstico, implica que:
- Sólo el “médico” es el que sabe: opina con fundamento, analiza, evalúa y concluye.
- El “paciente”, por más confianza que tenga con el “médico”, no deja de asumir su rol instituido es decir; su rol pasivo.
Esta relación está muy alejada de lo que pretende realizar en la organización o comunidad donde vayan a conocer y actuar.
Ander Egg, busca superar el diagnóstico que tiene como fin el conocer por conocer. Y plantea el conocer para actuar, el conocer de cara a la acción. Afirma que todo diagnóstico representa una de las fases iniciales y fundamentales del proceso de intervención. Otra idea que propone este autor, es la definición del diagnóstico social como nexo o bisagra entre la investigación y la programación. Es lo que articula el paso de una fase a la otra del proceso de intervención. El diagnóstico social es más que una investigación. Además de recoger y sistematizar la información, de analizar, interpretar y relacionar los datos hay que comprender las cuestiones que surgen, las problemáticas, de cara a la acción.
Esto supone conocer:
- Cuáles son los problemas y el por qué de esos problemas en una situación determinada.
- Cuál es el contexto que condiciona la situación-problema.
- Cuáles son los recursos y medios disponibles para llevar adelante un proyecto que aborde esta situación-problema.
- Cuáles son los factores más significativos que influyen y los actores sociales que están implicados.
- Qué decisiones hay que adoptar acerca de las prioridades, objetivos y estrategias de intervención.
- Cuáles son los factores contingentes que condicionan la viabilidad y factibilidad de la puesta en marcha de un proyecto.
Además agrega que el diagnóstico no se hace solo para saber qué pasa, sino que el propósito -orientado a la acción- es ofrecer información básica que sirva para programar acciones concretas y aportar un cuadro de situación para las estrategias de actuación.
El diagnóstico puede ayudar a sortear los obstáculos y dificultades que impiden la realización de cierto proyecto o conjunto de actividades.
Sin embargo, podemos avanzar un paso más. Conocer para actuar plantea Ander Egg, como si n seo actuara o no se modificara la situación en el mismo proceso de conocimiento. No puede ser neutral dentro de la situación que está investigando, y por lo cual debo reconocerme en esa situación de participante, a la vez que involucro a los propios actores de la comunidad.
Es decir, dejan de ser objetos de estudio para ser sujetos de la investigación en el proceso de conocimiento. Por esto es posible plantear un “actuar conociendo” y un “conocer actuando”.
Desde la comunicación comunitaria rescatamos cierta idea de diagnóstico como “proceso de construcción de conocimiento colectivo” que permite un pasaje del momento de la investigación al momento de la programación (o planificación): un conocimiento que busca comprender una situación para cambiarla, siempre desde una mirada participativa que es la que va a permitir la validez, la instalación y la sostenibilidad del proyecto comunitario.
Si partimos de la idea que desde la comunicación comunitaria consideramos a la comunicación como proceso de construcción de sentidos de la vida social, y entendemos que en estos procesos se generan y circulan creencias, sentidos, imaginarios y valores, este conocer al otro –que es el diagnóstico-, debe necesariamente incorporar su mirada propia, su construcción del mundo.
Aporte: Ianina Lois
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